miércoles, 26 de mayo de 2010


La parroquia de San Juan Crisóstomo es la única de su religión en la provincia para miles de fieles

Luis P. Ferreiro (Diario A Opinion)
Casi mil años después, la Iglesia ortodoxa sigue viva y en expansión

El padre Dámaso regenta la primera parroquia ortodoxa que opera en la ciudad denominada parroquia San Juan Crisóstomo, en la que da servicio a decenas de personas, entre inmigrantes de Europa del Este, griegos y españoles. El religioso participará mañana en una conferencia junto al Arcipreste Joan, vicario general para España del Patriarcado de Serbia, en la que pretende exponer la realidad de su iglesia en nuestro país, y combatir los tópicos, prejuicios e ideas preconcebidas que existen sobre esta rama del cristianismo.

En el año 1054 tuvo lugar el cisma de Oriente, la primera gran división religiosa que tuvo lugar en la Europa cristiana. Como resultado de este conflicto, el oeste del continente siguió bajo la autoridad religiosa del papa de Roma, mientras que en el este se instauró un nuevo culto, el cristianismo ortodoxo, que todavía es mayoritario en los países del antiguo bloque soviético y Grecia.

Casi mil años después, la Iglesia ortodoxa sigue viva y en expansión, por causa de las corrientes migratorias que cruzan Europa de oriente a occidente; la mayor comunidad extranjera que existe en España es la rumana, cuya población sigue mayoritariamente esta rama del cristianismo. En A Coruña hace ya meses que el padre Dámaso -nacido Ramón Couto Turnes, pero que adoptó ese nombre al ser ordenado- regenta la única capilla ortodoxa de la ciudad, la parroquia de San Juan Crisóstomo, cuyo número de fieles está en constante aumento: "Cada vez viene más gente joven, pero porque se trata principalmente de inmigrante. Gracias a eso tenemos una iglesia muy viva, y con una tendencia diferente a la Iglesia católica, a la que acuden principalmente personas mayores".

Mañana, a las ocho de la tarde, en la Fundación Caixa Galicia, tendrá lugar la conferencia La Iglesia ortodoxa ayer y hoy: la realidad gallega, que intentará arrojar algo de luz sobre sus costumbres religiosas, no tan diferentes a las que nos tiene acostumbrados el catolicismo romano. El padre Dámaso explica que la principal motivación de la charla será "sacar la ortodoxia de La Zarzuela", en referencia a la reina Sofía, y demostrar que son más los puntos que los unen con el catolicismo que los que los separan.

Una particularidad que el predicador destaca de su religión es que su labor en la ciudad no es proselítica, al estilo de los misioneros. "Nuestra intención no es crecer en el sentido de aumentar los fieles, sino prestar servicio a los miles de ortodoxos que hay en la provincia", afirma. Pese a esa falta de voluntad apostólica, el rebaño del padre no deja de aumentar, con un ritmo de entre tres y cuatro bautizos al mes, pese a la dispersión de los fieles, que provienen de lugares como Monforte o Vilalba.

Otra diferencia destacable con el catolicismo es la organización jerárquica; mientras que la Iglesia de Roma cuenta con la autoridad papal, las iglesias ortodoxas se rigen por jurisdicciones, aunque los patriarcados nacionales tienen mucha autonomía. De hecho, los ortodoxos coruñeses se encuentran dentro de la Diócesis de Francia y Europa Occidental, bajo la protección del Patriarcado de Serbia. Pese a este balcánico patrocinio, la capilla del padre Dámaso es un crisol en el que conviven idiomas y culturas: "Celebramos la divina liturgia en cuatro idiomas -explica-, el coro es ruso, hacemos una parte en gallego, otra en castellano y otra más en rumano". Ofician su rito una vez a la semana, y entre los fieles se encuentra también algún coruñés de nacimiento convertido a la fe ortodoxa, pese a no ser ese el objetivo de su representante en la ciudad: "Claro que hay. Es gente que simpatizaba con nosotros, que se fueron enganchando, y no les cerramos las puertas".

Otro punto interesante de la presencia de este culto en A Coruña es su relación con la Iglesia católica, que según el padre no puede ser más cordial, tanto en lo personal como en lo institucional. Atrás quedan ya centenarias polémicas sobre qué iglesia podría reclamarse heredera legítima de la Iglesia primitiva o universal, y en la actualidad, el entendimiento entre los dirigentes católicos y ortodoxos es total, por lo menos en esta provincia. "El contacto directo con las parroquias católicas de nuestro entorno es muy bueno, porque hace mucho que conozco a varios de sus sacerdotes. Y en lo institucional es excelente; en una ocasión", recuerda el padre Dámaso, "nos cedieron sin ningún problema una iglesia en Ferrol para celebrar una boda". Esta colaboración sirve también de ejemplo de las semejanzas entre ambas religiones, que parecen condenadas a entenderse tras siglos de desencuentros. De hecho, el cristianismo ortodoxo es ya la segunda religión en número de practicantes en Galicia

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