sábado, 2 de noviembre de 2013

CONMEMORACION DEL ESPIRITU DE ASIS.


ORGANIZADO POR LOS PADRES CAPUCHINOS DE VIGO HA TENIDO LUGAR EL DIA 28, LUNES, UNA JORNADA DE ORACION POR LA PAZ, CON LA ASISTENCIA DE MONSEÑOR D. LUIS QUINTEIRO, OBISPO DE TUY-VIGO, UN PRESBITERO DE LA IGLESIA ANGLICANA Y EL PADRE DAMASO, SACERDOTE DE LA IGLESIA ORTODOXA. 


A CONTINUACION UN RESUMEN DE LA INTERVENCION DEL PADRE DAMASO A FAVOR DE
LA PAZ MUNDIAL Y SOBRE TODO DE LA PAZ PERSONAL E INTERIOR:

BENDITO SEA NUESTRO DIOS ETERNAMENTE AHORA Y SIEMPRE Y POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMEN
Vivimos en un mundo convulso y violento que ya todos conocemos. Se calcula que desde 1945 (última guerra mundial), han muerto mas de 45 millones de personas en conflictos bélicos.
Pero la violencia no es solo la guerra, es el terrorismo, la inseguridad, el paro, el hambre, las estructuras sociales injustas y lo que es peor aún, la justificación social de esas estructuras injustas.
Se convulsiona el mundo y nos acordamos de Santa Bárbara y de nuevo surge ese anhelo de paz.
Vivimos momentos en que España clama justicia porque consideramos que se han producido injusticias. Protestamos, nos manifestamos, nos indignamos, clamamos venganza...¿Es esa la paz? ¿Es esa la paz que queremos y buscamos? ¿Cómo puede haber paz colectiva si no hay paz individual, paz en los corazones y en las mentes?
Para esos, para cuantos no tienen paz interior y buscan el mal y la confrontación, solo podemos tener sentimientos de compasión, de caridad cristiana, de dolor, de búsqueda de soluciones justas... solo podemos transmitirles nuestro amor profundo y el dolor porque no saben realmente lo que es la paz. Buscan su paz a través de la violencia, desconocen lo que es la paz y además ellos no saben que no saben lo que es la paz y lo que es peor aun no quieren saber que no saben lo que es la paz.
Pero para ellos la justicia no ha de ser una venganza sino un descubrirles la necesidad interior de su encuentro con la paz.
El Maestro nunca nos dijo que era bueno que nos amaramos los unos a los otros, nunca nos recomendó que nos amaramos lo unos a los otros. UN MANDATO NUEVO OS DOY: Que os ameis los unos a los otros. Como yo os he amado que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos (Juan 13: 34-35).

Nunca habrá paz colectiva si no hay paz individual. Los conflictos se elaboran en nuestra mente, Si los pueblos del mundo no cambian desde el individuo, si no nos transformamos desde nuestro interior, nunca habrá paz.
La conciencia de la paz, comienza en nuestros hogares, con nuestros hijos, padres, hermanos, amigos... Nosotros hemos de ir mas allá de la cultura de la no violencia. nuestra condición de cristianos ha de llevarnos a la cultura de la paz. Y si nosotros creemos firmemente que la paz es posible... la paz es posible. Si creemos que la paz no es posible...la paz no es posible.
¿Puede haber paz en el mundo si no la hay en nuestro interior? No es posible. ¿Qué es lo único que puede garantizar la paz en el mundo? Una sociedad individualmente despierta e iluminada por una conciencia de paz Superior, de paz cristiana. Porque la paz es un atributo divino, es una cualidad del alma, no se halla en el corazón del hombre carnal, ni en las cosas externas, sino que habita en lo mas profundo del corazón. Una sociedad pacifica solo puede formarse a partir de la paz en cada individuo, porque la paz se conquista primero en uno mismo.
No es suficiente gritar en las calles o llevar pegatinas en el pecho. La causa última que arrastra al ser humano al enfrentamiento y al conflicto es el egoísmo y sus secuelas, la intolerancia, el orgullo y la ambición.
La paz social es tal vez una utopía, pero la paz individual es una experiencia personal, una aventura íntima y profunda, un compromiso irrenunciable.
Deberíamos hoy irnos a nuestros hogares con la convicción absoluta y el propósito irrenunciable de conseguir la paz entre los nuestros. Y eso solo depende de uno mismo. No caigamos en el error de pensar y decir que yo quiero la paz, pero estos me sacan de mis casillas...
La paz depende solo de nosotros, de cada uno de nosotros. No sirve decir al otro: ya has oído que la paz depende de uno, así que tienes que ser mas pacifico... No vale....porque el mensaje no es para el otro, es para nosotros mismos.
Y cuando cada domingo nos demos la paz, que sea un acto consciente, un compromiso de paz profunda y de renovación de propósitos. Yo nunca he entendido del todo que al darnos la paz cada domingo busquemos al amigo o al ser querido con el que ya tenemos paz. Cuesta buscar al que nos cae mal o nos es antipático, pero esa es la paz, la paz del Mandamiento Nuevo.
Si hoy salimos con la convicción firme y sin reservas de un compromiso de paz entre nuestros seres queridos, el mundo habrá alcanzado la paz porque nuestro mundo será un mundo de paz. Porque nada ni nadie puede proporcionarte la paz sino tu mismo. Nada ni nadie puede proporcionarte la paz, sino la victoria sobre los sentidos, sobre tu mente, sobre tus deseos y tus anhelos. Si dentro de ti mismo no tienes paz, es inútil buscarla fuera. Refórmate a ti mismo y la sociedad se reformará por si sola. Expulsa las guerras de tu mente y el mundo quedara en paz, porque la paz verdadera es la quietud del alma inmortal.
Es fácil mirar a la lejanía, a los grandes conflictos, es fácil elaborar grandes discursos, pero es muy difícil la paz de cada día, de cada instante, la tolerancia, el comprender el error del otro, el no meter el dedo en la llaga, el no hacer leña del árbol caído en lugar de levantarlo... Eso es lo difícil, pero esa y solo esa es nuestra tarea y nuestro compromiso con la paz, porque ese es el Mandamiento Nuevo

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