jueves, 13 de septiembre de 2012



NORMAS ELEMENTALES PARA CUANTOS SE INICIEN EN LA ORACION DEL CORAZON.



Para meditar debes aprender a estar totalmente quieto y esto es disciplina. Cuando medites deben tomar unos minutos para encontrar una postura cómoda. Ahora bien, a todos nos ha pasado durante la meditación que queremos movernos, pero al no hacerlo, al permanecer quietos, pasamos la primera lección que es la de trascender nuestros deseos y superar esa fijación que tenemos de nosotros mismos. La meditación involucra una disciplina real y esa primera disciplina es la del poder sentarnos y permanecer quietos. Es importante tener cuidado con algunos detalles como utilizar ropa floja, encontrar una silla o un cojín cómodo, para que estés confortable y entres a esta disciplina en total entrega y generosidad.

Luego debes cerrar tus ojos suavemente y empezar a repetir “Señor, ten piedad”. El objetivo  es comunicarte con el Maestro y salirte lentamente y poco a poco, de todo lo que te lleva a pensamientos, ideas, deseos, o pecados. De esta forma empiezas a moverte en dirección de la presencia de Dios, saliéndote de ti mismo, pero hacia el encuentro con El. Repite siempre de una forma gentil y suave y repítela de una forma relajada, articulándola en silencio, interiormente, en tu mente: “Señor, ten piedad”. Gradualmente, en la medida que sigas meditando, la palabra se arraigará en tu corazón. Esta experiencia de libertad de espíritu es la de unión de mente y de corazón con Dios.

Cuando comiences a meditar tendrás tu mente que te hará muchas preguntas: ¿Es esto para mi? ¿Qué significa? ¿Debo hacer esto? ¿Qué obtendré con esto? Y así sucesivamente. Debes renunciar a todas estas preguntas. Debes trascender cualquier auto-pregunta, y debes meditar en la misma actitud que la de un niño en total sencillez.´


lunes, 10 de septiembre de 2012

domingo, 9 de septiembre de 2012


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