ESTA ES LA NAVIDAD
Cristo esta entre nosotros. Feliz Navidad
La Navidad no es una fiesta fácil. Sólo puede celebrarla desde dentro quien se atreve a vivir esa experiencia de sentir que Dios puede volver a nacer entre nosotros, dentro de nosotros, en nuestra vida diaria. Este nacimiento ha de ser y solo debe ser en nuestro Belén interior, Casa de pan, Torre de fuego, Morada del ama, Pesebre del Niño dentro de nosotros.
Esta es la Navidad.
Felices los que tienen un corazón sencillo, limpio y pobre porque Dios vino para ellos. Felices los que sienten necesidad de Dios porque Dios puede nacer todavía en sus vidas. Felices los que, en medio del bullicio y aturdimiento de estas fiestas, han escogido el regalo de un Dios Niño. Para ellos habrá sido Navidad.
Dios ha bajado a la profundad de nuestra existencia. Dios ha venido a habitar en el corazón de los hombres. Dios ha venido a reinar entre nosotros.
Dios se ha encarnado en un cuerpo humano y sin embargo nosotros olvidamos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu. Dios buscó acogida entre nosotros, pero nuestras puertas estaban cerradas. Dios «Vino a los suyos, pero los suyos no le recibieron. Pero a todos los que le recibieron, a los que creyeron en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Para ellos habrá sido Navidad
Y una vez más, estas fiestas pasarán sin que muchos hombres y mujeres, en medio del gran bullicio, hayan podido o hayan sabido escuchar algo nuevo, vivo y profundo en sus corazones. Y desmontarán «el Belén» y retirarán el árbol y las luces y las estrellas, y abrirán los regalos como siempre, como todos los años, sin que nada grande haya renacido en sus vidas. Para ellos no habrá sido Navidad
Celebrar la navidad es afirmar que el gran Dios, al que el hombre ha buscado desde que comenzó a serlo, sobre el que han especulado tantos filósofos que han intentado explicar los enigmas del universo y del hombre, se ha hecho carne y ha plantado su tienda de campaña entre las tiendas de campaña de los hombres.
Celebrar la navidad es afirmar que el gran Dios creador, se ha hecho un niño como nuestros niños, ha nacido llorando como nuestros niños, ha sido envuelto en pañales como nuestros niños... Esto es la Navidad.
Dios que se ha manifestado a los hombres en todos los tiempos, en todas las ocasiones y de todas las maneras, «ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo». Esto es celebrar la Navidad, porque, como decía Zacarías, la entrañable misericordia de nuestro Dios nos ha visitado, luz que ilumina nuestra tiniebla, vida que da aliento a nuestras muertes.
La Navidad es el reflejo del misterio de Dios. Y la Navidad es también el reflejo del misterio del hombre, como el lugar de manifestación al que Dios desciende como Amor. Por eso, creo en Dios y en el hombre. Hoy, que quizás más que en otros tiempos, predomina una visión pesimista sobre el hombre, sin embargo hoy, porque celebramos la Navidad, los cristianos tenemos que proclamar la dignidad y el inmenso valor de todo ser humano. Para Dios, el hombre es tan importante, que El se ha hecho uno de nosotros. Para Dios, la historia de los hombres es tan importante que El ha formado parte de lo mejor de nuestra historia. Para Dios la condición humana es tan sublime que ha sido posible que esa Palabra, que existía desde el principio y en la que todo ha sido creado, se encarnase en el hombre.
No es sólo que el nombre de Dios se haya añadido a los grandes nombres de nuestra historia, es el mismo hombre, todo hombre, el que queda engrandecido, porque la condición humana ha sido capaz de acoger al mismo Dios. Esto es la Navidad.
Que la Estrella de Belén, Luz venida de lo Alto, nos guíe en nuestro camino interior hacia el encuentro con el niño Dios, porque esta es la Navidad. FELIZ NAVIDAD.
Padre Dámaso
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