lunes, 26 de diciembre de 2011

MIRA A BELEN Y APRENDERAS A MIRAR

Dios mira, con su mirada cargada, y al fijar su mirada, fija su amor y se estremecen sus entrañas. De ahí que su mirada es mirada de Misericordia y de vida acunada. Es mirada que toca nuestra verdad y la levanta; que toma nuestra dureza y la hace blanda; y en vez de desnudar nos da su gracia, para poder arropar lo que en nosotros falta. Una mirada que tan sólo busca lo que es pequeño y nada. Una mirada fija, que como faro marca una promesa firme para el que va a buscarla, y en el continuo pausar de su mensaje clama: ¡Navega Amor adentro, con las velas de tu vida, desplegadas!

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