QUIEN
PUES SERA ESE NIÑO…
SE ACERCA LA NAVIDAD…
Dios
mira, con su mirada cargada, y al fijar su mirada, fija su amor y se estremecen
sus entrañas. De ahí que su mirada es mirada de Misericordia y de vida acunada.
Es mirada que toca nuestra verdad y la levanta; que toma nuestra dureza y la
hace blanda; y en vez de desnudar nos da su gracia, para poder arropar lo que
en nosotros falta. Una mirada que tan sólo busca lo que es pequeño y nada. Una
mirada fija, que como faro marca una promesa firme para el que va a buscarla, y
en el continuo pausar de su mensaje clama: ¡Navega Amor adentro, con las velas
de tu vida, desplegadas!
Padre
Dámaso
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